martes, 30 de septiembre de 2008

Thaïs.


Sólo una vez me quede sin palabras.
Cuando un hombre me pregunto:

¿Quién eres?

Khalil Gibran.


Excentricidades, egolatría, exhibicionismo.

Haciendo prosa.

Los retratos me observan y
de lejos sus miradas me asfixian.
Los libros me drogan y
provocan en mi una locura por sobredosis.

La melancolía es la memoria en las
estrellas, el sabor electroacústico,
sonidos que tapan mis oídos.

La libertad del destino acosa a los relojes,
consumen azúcar para la sabiduría no
para la filosofía.

Una canción lírica, un error de tecla,
una escritura confusa, hacen una prosa.


lunes, 29 de septiembre de 2008

Tus besos entre mis lienzos.

Tomé un papel en blanco, y me senté en la ventana a observar la hoja, la probé, la olí, la sentí, cerré los ojos y quería que fueras el papel; pero éste sólo era insípido, sólo era blanco, no sabía igual, y mucho menos olía a ti. Lo cogí por los extremos con ambas manos, aún cerrando tan fuerte los ojos que se hacían arrugas en mis parpados, lo acerqué a mi cara y besé la esencia sin conciencia de aquel estúpido papel.

Pude captar toda su magia transparente, y haciendo pausa en mis pensamientos, volví de aquel transe, de aquel erotismo. Corrí, por la cajita vieja y arrumbada de la esquina, esa esquina de mi habitación que nunca visito, junto a ella como esperando a ser cogidas, las acuarelas, esas que algunas de ellas estaban roticas, las abracé a ambas, digamos una bienvenida después de tanto tiempo, aunque empolvadas estaban aún tan divinas y tan guapas. Así regresé a esa ventana tan iluminada, me acomodé en el suelo y comencé de nuevo con el transe, no sabía yo en ese momento que quería pintar, ni siquiera se cómo lo hice, sólo sé que quería que fueses el papel. Continué trazando una línea semirrecta bastante surrealista de color escarlata describiendo tus labios y tus besos, cada tono, cada pincelada, cada detalle, eran tus besos entre mis lienzos.