Ella, musa de cualquiera, fue mi dama y compañera,
no sé si de verdad existió,
pero tenía esa forma de besarme y doblegarme,
tenía ese cabello que dejaba huellas en la almohada,
esa sonrisa milagrosa que lo curaba todo, sus figuras te enloquecían,
ella, ella, ELLA, nada se comparaba con sus ojos,
y fue su forma de mirarme la que me obligó a matarla,
matarla y mil veces matarla,
nadie se podía resistir, ella, la culpable y la victima.
Ella la que me dejo sus ojos en mi mente.
1 comentario:
Corto y perfecto.
Me gustó.
"ella, la culpable y la victima."
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